PROFECÍAS

Profecia de San Malaquias, el último Papa






EL RABINO KADURI




El rabino Ytzjak Kaduri, nació alrededor de 1895 en Bagdad, Irak. Pertenecía a la rama Sefaradí del judaísmo; aquella originada cuando los Reyes Católicos los invitaron a retirarse de España en 1492. Tras lo cual se desparramaron por el Norte de África, llegando más tarde a Siria.
Sefarad llamaban los judíos españoles a la tierra en la que habían nacido, de allí el gentilicio.

Rabi Kaduri, que pasó a vivir en Jerusalem a partir de 1923, alcanzó gran fama y popularidad entre las gentes de Israel.
Dicen que a partir de 1970 manifestó dotes de curación y buen consejo, lo cual condujo a una multitud de personas a su casa, donde recibían su bendición hasta altas horas de la noche.


De modo tal que al morir el 28 de Enero 2006, con una edad cercana a los 110 años, alrededor de 300.000 personas asistieron a sus funerales.
Se le ha dado el título de "Tsadik", que equivale a la "fama de santidad" entre los católicos.

Un año después de su muerte (30/04/2007), la revista Israel Today Magazine publicó una sorprendente historia.
Cinco meses antes de morir, el Rabino habría escrito en un simple papel, el nombre del Mesías como un acróstico, pidiendo que nadie lo leyera hasta pasado un año de su muerte.
La línea en negritas contiene el acróstico de 6 palabras mencionado, cuyas primeras letras forman el nombre que se busca:

ירים העם ויוכיח שדברו ותורתו עומדים


יהושוע

Yehoshua

Según Israel Today, "cuando el nombre de Jesús apareció en el papel dejado por Kaduri, judíos ultraortodoxos de su propio seminario dijeron que no les había dejado la forma exacta de decodificar el nombre contenido en ese documento".

Desde el periódico hablaron con seguidores del rabino en Jerusalem quienes les confirmaron que la nota era auténtica, aunque no sabían cómo había averiguado Kaduri el nombre del Mesías.

Sin embargo, su hijo el rabino David Kaduri, negó a Israel Today que su padre hubiera dejado tal nota, mostrando unos manuscritos suyos, de 80 años atrás, con la intención de probar que no era la misma letra.

A pesar de los cual admitió a los redactores de la historia, que su progenitor había vivido los últimos años de su vida hablando de la venida del Mesías quien, según dijo, se le apareció en una visión diciéndole que vendría pronto.

Ahora bien, poco antes de morir y durante una celebración de Iom Kippur, les dijo a sus seguidores que el Mesías se manifestaría a Israel "después de la muerte de Ariel Sharón".

El ex premier, que permanecía en coma desde Enero de 2006, el mismo mes de la muerte de Kaduri, acaba de fallecer. La muerte del ex primer ministro Ariel Sharon en Israel, es una señal profética, ya que ha traído a la memoria las profecías del rabino Yitzhak Kaduri, que murió en al año 2007, y dijo que después de la muerte de Sharon vendría el Mesías.



Yitzhak Kaduri es considerado el rabino más importante en la historia moderna de Israel, también es considerado como un profeta por miles de sus seguidores, durante muchos años fue llamado "Rabino de rabinos", ya que no era raro que otros líderes judíos le pidiesen  asesoramiento. Incluso con la edad avanzada, fue el responsable de la escuela de rabinos Nahalat Yitzhak Yeshiva. En el día de su funeral, cerca de 200 mil personas siguieron el féretro por las calles.

El pastor Carl Gallups escribió el libro El rabino quien encontró Mesías en 2010, donde hace una investigación de la vida y profecías Kaduri. Para él, es evidente que muy pronto algo grande sucederá en Israel.

Chuck Missler, un pastor y predicador muy conocido, autor de decenas de libros sobre profecía bíblica, declaró: "Las implicaciones de estas sorprendentes afirmaciones, que vienen del más venerado rabino ultraortodoxo en Israel, impactan a cada uno de nosotros que creemos que Dios no se ha olvidado de Israel".
Muchos sitios especializados en el estudio de las profecías, afirman que los cristianos no pueden tomar en serio este tipo de declaración, porque el rabino Kaduri nunca afirmó haber recibido a Cristo ni se convirtió en un cristiano. Sin embargo, muchos otros están haciendo una conexión con los eventos cósmicos que comenzarán este año en Israel, las llamadas "4 lunas de sangre". Según los estudiosos, hay una conexión directa entre los próximos cuatro eclipses lunares (llamada Luna de Sangre) y lo que anuncian a Israel y para toda la humanidad.


La terrorífica señal de las 4 lunas de sangre: ¿Comenzará la tercera guerra mundial el 2015?

Martes 21 julio 2015.- En el año 2014-2015, se producirán cuatro eclipses lunares totales en que la luna se torna de color rojo, lo que sería el preludio de una conflagración mundial de ribetes apocalípticos.
n el año 2014 se verificó un acontecimiento astronómico de connotaciones bastantes peculiares: se produjeron, coincidiendo con dos fiestas religiosas judías, dos eclipses lunares totales, como resultado de un perfecto alineamiento del Sol, la Luna y la Tierra, lo cual provocó que la luna adquiriera un color rojizo. Y este año fueron anunciados otros dos eclipses lunares totales más, configurando lo que algunos autores han llamado la “tétrada de las lunas de sangre”: la tercera luna de sangre se produjo el pasado 4 de abril de 2015, fecha en la cual los judíos iniciaban su Pesaj y los cristianos celebraban el Sábado Santo. La cuarta luna roja, en tanto, fue anunciada para el 28 de septiembre de 2015, concordando con la fiesta de los Tabernáculos (tal como ocurrió en el año 2014). En el período intermedio, en tanto, se anunció un eclipse solar que coincidió con el inicio del año judío, lo que convierte a este hecho en un evento particularmente excepcional.
Lo anterior no pasaría de ser una gran coincidencia si no fuera porque varios autores han postulado que cada vez que hay una coincidencia de lunas rojas con fiestas judías han sucedido acontecimientos históricos de importancia para Israel y para la Iglesia. El periodista y conferencista Alberto Villasana, por ejemplo, precisó que todo hace indicar que, de acuerdo a las Sagradas Escrituras, después de la cuarta y última luna de sangre se producirá un gran conflicto bélico en el Medio Oriente, lo que será la antesala de una conflagración de alcances mundiales. Posteriormente, debería ocurrir el denominado “Rapto o Arrebato de los Santos”, un acontecimiento celestial que será resultado de una intervención divina selectiva y que tiene el doble propósito de premiar la virtud de quienes fueron fieles a Cristo y a su doctrina, y de evitarles la purificación de la Gran Tribulación o “Día del Señor”.
“Proféticamente hablando, el año 2015 es muy significativo. Los acontecimientos predichos en las Sagradas Escrituras y que yacen en el futuro próximo, seguramente hacia el final de las lunas tétradas son, además del llamado “Rapto de los Santos”, el ataque militar contra Siria, instigado por Israel, predicho en Isaías, 17, y la respuesta a esta agresión, una gran guerra en la que Rusia y los países árabes atacarán simultáneamente a Israel, que está escrito en Ezequiel 38, lo que equivaldrá a una Tercera Guerra Mundial. Es de esperar que esto suceda en el 2015 o inicios de 2016, por los hechos que ya estamos viviendo y que constituyen la “pre-tribulación” ”
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Según detalló Villasana, esta inminente guerra mundial anunciada por el profeta Ezequiel estará jalonada por el “Día del Señor” (conjunto de juicios por los cuales la humanidad será purificada) y el sexto sello del Apocalipsis, que se refiere a la ocurrencia de “un gran terremoto”. Villasana agrega que el fenómeno de las lunas rojas es descrito en las escrituras tanto en Joel, 3, 4 (“El sol se cambiará en tinieblas y la luna en sangre, antes de la venida del Día de Yahveh, grande y terrible”) y Apocalipsis 6, 12 (“Y seguí viendo. Cuando abrió el sexto sello se produjo un violento terremoto: y el sol se puso negro como un paño de crin, y la luna toda como sangre”). “La luna en sangre del sexto sello, que pudiera corresponder a alguna de las lunas tétradas del 2015, ya sea la de abril o septiembre, se identifica sin duda alguna con la luna roja de Joel que debe “preceder” al Día del Señor. La cercanía de ambas cosas, el Arrebato de los santos y la apertura del sexto sello, será fácilmente previsible por un signo claro que Jesucristo ya anunció: el incremento de las amenazas de guerra ( “Se levantará nación contra nación, y reino contra reino” Mt 24, 7).
Es el mismo orden que se observa en el Apocalipsis en el segundo sello, el que corresponde al caballo rojo o bermejo, el de la guerra: “Entonces salió otro caballo, rojo: al que lo montaba se le concedió quitar de la Tierra la paz para que se degollaran unos a otros: se le dio una espada grande” (Ap 6, 4). Sólo después aparecen el tercer caballo del hambre, y el cuarto de las pestes que, por otro lado, normalmente son las consecuencias lógicas de las guerras. Por ello hay que estar muy atentos a los acontecimientos que involucrarán a la nación de Rusia y de Israel, de gran significado escriturístico, durante este año 2015. La fiesta judía de las Trompetas que anuncia el Día del Señor (Rosh Hashana), que se celebra en el mes de septiembre o en octubre y fue instituido por Dios para que los judíos inauguraran el año nuevo judio y conmemoraran el día de reposo con un toque de trompetas. adquiere en este caso un sentido pleno cristiano de gran optimismo y esperanza. Las trompetas anuncian el Retorno de Jesucristo y, si bien conllevan el tema de la guerra previa, la persecución cristiana y las catástrofes globales y cósmicas, están para anunciar la llegada inminente de Cristo como Rey universal, así como el triunfo de sus seguidores que lograron serle fieles”.
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“Un evento que va a cambiar la historia”
Las posibles implicancias catastróficas de la “tétrada de las lunas de sangre” han llamado la atención de religiosos de todos los credos. El pastor John Hagee, por ejemplo, fundador de la iglesia protestante Cornerstone en San Antonio (estado de Texas), realizó una exhaustiva investigación sobre este fenómeno, lanzando incluso un libro, titulado ‘Las cuatro lunas de sangre’. Y los resultados de sus pesquisas no fueron precisamente alentadores.
Hagee afirma que este inusual fenómeno astronómico anuncia “un gran evento que va a cambiar la historia y que tendrá lugar entre abril de 2014 y octubre de 2015”. Y, tal como se mencionó anteriormente, cada eclipse ocurrirá en una fecha religiosa significativa: el 15 de abril de 2014 y el 4 de abril de 2015 será la festividad judía Pésaj, mientras que el 8 de octubre de 2014 y el 28 de septiembre de 2015 es la Fiesta de los Tabernáculos (Sukkot).
Según el pastor de Texas, el hecho de que las “cuatro lunas de sangre” caigan en esas fechas “es algo que tiene que ser algo más que una coincidencia porque todas las ‘lunas de sangre’ que tuvieron lugar en los últimos 500 años coincidieron con eventos sumamente importantes para el pueblo judío. Así, en 1492 los judíos fueron expulsados de España, en 1948 fue proclamado el Estado de Israel y se produjo la Guerra de la Independencia, y en 1967 se inició la Guerra de los Seis Días en la que Israel luchó contra las naciones árabes y reconquistó Jerusalén como parte de su territorio, Entonces, es bastante claro que un gran evento está por producirse”.
LAS PROFECIAS DE JUAN DE JERUSALEM 
(EL TEMPLARIO)



LAS PROFECÍAS TEMPLARIAS DE LOS ÚLTIMOS DÍAS

Mis ojos descubren en el cielo lo que será, y atravieso el tiempo de un solo paso. Una mano me guía hacia lo que ni veis ni conocéis. Mil años habrán pasado y Jerusalén ya no será la ciudad de los cruzados de Cristo. La arena habrá enterrado bajo sus granos las murallas de nuestros castillos, nuestras armaduras y nuestros huesos. 
Habrá sofocado nuestras voces y nuestras plegarias.Los cristianos venidos de lejos en peregrinación, allí donde estaban sus derechos y su ley, no osarán acercarse al sepulcro y a las reliquias, si no es escoltados por los caballeros judíos, que tendrán aquí, como si Cristo no hubiera sufrido en la cruz, su Reino y su Templo. 
Los infieles serán una multitud innumerable que se extenderá por todas partes y su fe resonará como un tambor de un confín al otro de la tierra. Veo la inmensidad de la tierra. Continentes que Herodoto no nombró sino en sueños se añadirán más allá de los grandes bosques de los que habla Tácito y en el lejano final de mares ilimitados que empiezan después de las columnas de Hércules.




Mil años habrán pasado desde el tiempo en que vivimos, y los fondos de todo el mundo se abran en grandes reinos y vastos imperios. Guerras tan numerosas como las mallas de la cota que llevan los caballeros de la orden se entrelazarán, desharán los reinos y los imperios y tejerán otros. Y los siervos, los villanos, los pobres sin hogar se sublevaran mil veces, harán arder las cosechas, los castillos y las villas, hasta que se les queme vivos y se obligue a los supervivientes a volver a sus cubiles, Se habrán creído reyes.

Mil años habrán pasado y el hombre habrá conquistado el fondo de los mares y de los cielos, y será como una estrella en el firmamento. Habrá adquirido el poder del sol y se creerá dios, construyendo sobre la inmensidad de la tierra mil torres de babel. Habrá edificado muros sobre las ruinas de los que levantaron los emperadores de Roma y estos separarán una vez más las legiones de las tribus bárbaras.

Mas allá de los grandes bosques habrá un imperio. Cuando caigan los muros, el imperio no será más que agua cenagosa. Las gentes se mezclarán una vez más.


Entonces empezara el año mil que sigue al año mil. **

Veo y conozco lo escribió hace mil años Juan de Jerusalén.
Veo y conozco lo que será. Soy el escriba.


Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre estará frente a la entrada sombría de un laberinto oscuro. Y al fondo de esa noche en la que va a internarse, veo los ojos del Minotauro. Guárdate de su furor cruel, tú que vivirás en el año mil que sigue al año mil.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el oro estará en la sangre. El que contemple el cielo contará denarios, el que entre en el templo encontrará mercaderes, los mandatarios serán cambistas y usureros, la espada defenderá la serpiente. Pero el fuego será latente, todas las ciudades serán Sodoma y Gomorra, y los hijos de los hijos se convertirán en la nube ardiente, ellos alcanzaran los viejos estandartes.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre habrá poblado los cielos y la tierra y los mares con sus criaturas; mandará, pretenderá los poderes de Dios, no conocerá limite. Pero todas las cosas se sublevarán; titubeará como un rey borracho, galopará como un caballero ciego y a golpes de espuela internará a su montura en el bosque; al final del camino estará el abismo.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, se erigirán torres de Babel en todos los puntos de la tierra, en Roma y en Bizancio; los campos se vaciarán, no habrá más ley que mirar por uno mismo y por los propios. Pero los bárbaros estarán en la ciudad; ya no habrá pan para todos y los juegos no serán suficientes, entonces, las gentes sin futuro provocarán grandes incendios.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hambre oprimirá el vientre de tantos hombres y el frio aterirá tantas manos, que estos querrán ver otro mundo y vendrán mercaderes de ilusiones que ofrecerán el veneno. Pero éste destruirá los cuerpos y pudrirá las almas, y aquellos que hayan mezclado el veneno con su sangre serán como bestias salvajes cogidas en una trampa, y matarán y violarán y despojarán y robarán, y la vida será un Apocalipsis cotidiano.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, todos intentarán disfrutar tanto como puedan; el hombre repudiará a su esposa tantas veces como se case y la mujer irá por los caminos umbríos tomando al que le plazca, dando a luz sin poner el nombre del padre. Pero ningún maestro guiará al niño y cada uno estará solo entre los demás; la tradición se perderá, la ley será olvidada como si no se hubiera anunciado y el hombre volverá a ser salvaje.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el padre buscará el placer en su hija, el hombre en el hombre, la mujer en la mujer, el viejo en el niño impúber, y eso será a los ojos de todos. Pero la sangre se hará impura, el mal se extenderá de lecho en lecho, el cuerpo acogerá todas las podredumbres de la tierra, los rostros serán consumidos, los miembros, descarnados; el amor será una peligrosa amenaza para aquellos que se conozcan solo por la carne.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, aquel que hable de promesas y de ley no será oído, el que predique la fe de Cristo perderá su voz en el desierto. Pero por todas partes se extenderán las aguas poderosas de las religiones infieles, falsos mesías reunirán a los hombres ciegos. Y el infiel armado será como nunca había sido, hablará de justicia y de derecho, y su fe será de sangre y fuego; se vengará de la cruzada.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el fragor de la muerte provocada avanzará como la tormenta sobre la tierra; los bárbaros se mezclaran con los soldados de las últimas legiones, los infieles vivirán en el corazón de las ciudades santas, todos serán, por turnos, bárbaros, infieles y salvajes. No habrá órdenes ni normas; el odio se extenderá como la llama en el bosque seco, los bárbaros masacrarán a los soldados, los infieles degollarán a los creyentes, el salvajismo será cosa de cada uno y de todos, y las ciudades morirán.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres se juzgarán entre ellos según sean su sangre y su fe; nadie escuchará el corazón sufriente de los niños, se les echará del nido como los pájaros a sus crías, y nadie podrá protegerlos de la mano armada con guantelete. El odio inundará las tierras que se creían pacificadas. Y nadie se librará, ni los viejos ni los heridos, las casas serán destruidas o robadas, los unos se apoderarán del lugar de los otros, todos cerrarán los ojos para no ver a las mujeres violadas.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, todos sabrán lo que ocurre en todos los lugares de la tierra: se verá al niño cuyos huesos están marcados en la piel y al que tiene los ojos cubiertos de moscas, Y al que se da caza como a las ratas. Pero el hombre que lo vea volverá la cabeza, pues no se preocupará sino de sí mismo, dará un puñado de granos como limosna, mientras que él dormirá sobre sacos llenos. Y lo que dé con una mano recogerá con la otra.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre comerciará con todo; todas las cosas tendrán precio, el árbol, el agua y el animal, nada más será realmente dado y todo será vendido. Pero el hombre entonces no valdrá más que su peso en carne, se comerciará con su cuerpo como los canales de ganado, tomarán su ojo y su corazón, nada será sagrado, ni su vida ni su alma, se disputarán sus despojos y su sangre como si se tratara de una carroña.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre habrá cambiado la faz de la tierra; se proclamará el señor y el soberano de los bosques y de las manadas, habrá surcado el sol y el cielo y trazará caminos en los ríos y en los mares. Pero la tierra estará desnuda y será estéril, el aire quemará y el agua será fétida, la vida se marchitara porque el hombre agotará las riquezas del mundo. Y el hombre estará solo como un lobo en el odio de sí mismo.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los niños también serán vendidos; algunos se servirán de ellos como de muñecos para disfrutar de su piel joven, otros los tratarán como a animales serviles. Se olvidará la debilidad sagrada del niño y su ministerio; será como un potro que se doma, como un cordero que se sangra, que se sacrifica. Y el hombre no será más que barbarie.
Cuando empiece el año mil queigue al año mil, la mirada y el espíritu de los hombres serán prisioneros; estarán ebrios y no lo sabrán, tomarán las imágenes y los reflejos por la verdad del mundo, se hará con ellos lo que se hace con un cordero. Entonces vendrán los carniceros, los rapaces los agruparán en rebaños para guiarlos hacia el abismo y levantar a los unos contra los otros, se les matará para tomar su lana y su piel y el hombre que sobreviva será despojado de su alma.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, reinarán los soberanos sin fe; mandarán sobre multitudes humanas inocentes y pasivas, esconderán sus rostros y guardarán en secreto su nombre y sus fortalezas estarán perdidas en los bosques. Pero ellos decidirán la suerte de todo y de todos, nadie participará en las asambleas de su orden, todos serán siervos pero se creerán hombres libres y caballeros, solo se levantarán los de las ciudades salvajes y las creencias heréticas, pero también serán vencidos y quemados vivos.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres serán tan numerosos sobre la tierra que parecerán un hormiguero en el que alguien clavará un bastón, se moverán inquietos y la muerte los aplastará con el talón como a insectos enloquecidos. Grandes movimientos los enfrentarán unos contra otros, las pieles oscuras se mezclarán con las pieles blancas, la fe de Cristo con la del infiel, algunos predicarán la paz concertada pero por todo el mundo habrá guerras de tribus enemigas.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres querrán franquear las murallas; la madre tendrá el pelo gris de una vieja, el camino de la naturaleza será abandonado y las familias serán como granos separados que nada puede unir. Sera, pues, otro mundo; todos errarán sin vínculos, como los caballos desbocados corriendo en todas direcciones sin guí­a, desgraciado del caballero que cabalgue esa montura, carecerá de estribos y se precipitará en la zanja.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres no confiarán en la ley de Dios, sino que querrán guiar su vida como a una montura, querrán elegir a sus hijos en el vientre de sus mujeres y matarán a aquellos que no deseen. Pero, ¿qué será de estos hombres que se creen Dios? Los poderosos se apropiarán de las mejores tierras y las mujeres más bellas, los pobres y los débiles serán ganado, los poblachos se convertirán en plazas fuertes, el miedo invadirá los corazones como un veneno.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, habrá surgido un orden negro y secreto; su ley será el odio y su arma, el veneno, deseará siempre más oro y se extenderá su reino por toda la tierra, y sus servidores estarán unidos entre ellos por un beso de sangre. Los hombres justos y los débiles acatarán su regla. Los poderosos se pondrán a sus servicios. La única ley será la que dicte en las sombras, venderá el veneno aun dentro de las iglesias. Y el mundo avanzará con ese escorpión bajo el pie.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, muchos hombres permanecerán sentados con los brazos cruzados, se irán sin saber adónde, con los ojos vacíos, pues no tendrán forja en la que batir el metal, ni campo que cultivar. Serán como la simiente que no puede echar raíces. Errantes y empobrecidos, los mas jóvenes y los más viejos, a menudo sin hogar. Su única salvación será la guerra y combatirán entre ellos, y odiaran su vida.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, las enfermedades del agua, del cielo y de la tierra atacaran al hombre y le amenazarán; querrá hacer nacer lo que ha destruido y proteger su entorno, tendrá miedo de los días futuros. Pero será demasiado tarde, el desierto devorará la tierra y el agua será cada vez más profunda, y algunos días se desbordará, llevándose todo por delante como un diluvio, y al día siguiente la tierra carecerá de ella y el aire consumirá los cuerpos más débiles.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, la tierra temblará en muchos lugares y las ciudades se hundirán; todo lo que se haya construido sin escuchar a los sabios será amenazado y destruido, el lodo hundirá los pueblos y el suelo se abrirá bajo los palacios. El hombre se obstinará porque el orgullo es su locura, no escuchará las advertencias repetidas de la tierra, pero el incendio destruirá las nuevas Romas y, entre los escombros acumulados, los pobres y los bárbaros, a pesar de las legiones, saquearán las riquezas abandonadas.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el sol quemará la tierra, el aire ya no será velo que protege del fuego. No será más que una cortina agujereada y la luz ardiente consumirá las pieles y los ojos. El mar se alzará como agua enfurecida, las ciudades y las riberas quedarán inundadas y continentes enteros desaparecerán, los hombres se refugiarán en las alturas y olvidando lo ocurrido, iniciarán la reconstrucción.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres sabrán hacer realidad los espejismos; los sentidos serán engañados y creerán tocar lo que no existe, seguirán caminos que solo los ojos verán y el sueño podrá hacerse realidad. Pero el hombre ya no sabrá distinguir entre lo que es y lo que no es. Se perderá en falsos laberintos, los que consigan dar vida a los espejismos se burlarán del hombre pueril, engañándole. Y muchos hombres se convertirán en perros rastreros.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los animales que Noé embarcó en su arca no serán, entre las manos del hombre, más que bestias transformadas según su voluntad; y, ¿ quien se preocupará de su sufrimiento vital ? El hombre habrá hecho de cada animal lo que habrá querido. Y habrá destruido numerosas especies. ¿En qué se habrá convertido el hombre que haya cambiado las leyes de la vida, que haya hecho del animal vivo pella de arcilla? ¿Será el igual de Dios o el hijo del diablo?
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, se deberá temer por ser hijo del hombre; el veneno y la desesperación le acecharán, no se le habrá deseado más que por uno mismo, no por él o por el mundo, será acosado por el placer y a veces venderá su cuerpo. Pero incluso el que sea protegido por los suyos estará en peligro de tener el espíritu muerto, vivirá en el juego y en el espejismo. ¿Quién le guiará cuando no tenga maestros? Nadie le habrá enseñado a esperar y a actuar.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre se creerá Dios, aunque no habrá progresado nada desde su nacimiento. Atacará vencido por la ira y por los celos. Y su brazo estará armado con el poder del que se habrá adueñado; Prometeo cegado podrá destruirlo todo a su alrededor. Sera un enano de alma y tendrá la fuerza de un gigante; avanzará a pasos inmensos pero no sabrá qué camino tomar. Su cabeza estará cargada de saber pero ya no sabrá por qué vive o por qué muere, será como siempre, el loco que gesticula o el niño que gime.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, regiones enteras serán botines de guerra. Más allá de los límites romanos e incluso en el antiguo territorio del imperio, los hombres de las mismas ciudades se degollarán, aquí habrá guerra entre tribus y allá, entre creyentes. Los judíos y los hijos de Alá no dejarán de enfrentarse y la tierra de Cristo será su campo de batalla, pero los fieles querrán defender en todo el mundo la pureza de su fe y ante ellos no habrá más que duda y poder, entonces la muerte avanzará por todo el mundo como estandarte de los tiempos nuevos.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, multitudes de hombres serán excluidos de la vida humana; no tendrán derechos, ni techo, ni pan, estarán desnudos y no tendrán más que su cuerpo para vender, se le expulsará lejos de la torre de Babel de la opulencia. Se agitarán como un remordimiento o una amenaza, ocuparán regiones enteras y proliferarán, escucharán las prédicas de la venganza y se lanzarán al asalto de las torres orgullosas, habrá llegado el tiempo de las invasiones bárbaras.
Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre habrá entrado en el laberinto oscuro; tendrá miedo y cerrará los ojos, pues ya no sabrá ver, desconfiará de todo y temerá a cada paso, pero será empujado hacia delante y no le será permitido detenerse. La voz de Casandra será, sin embargo, potente y clara. Pero él no la oirá pues querrá poseer más cada día y su cabeza se habrá perdido en las fantasías, los que serán sus maestros le engañarán y no tendrá más que malos consejeros.


Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los hombres por fin habrán abierto sus ojos; ya no estarán encerrados en sus cabezas o en sus ciudades, se verán y se oirán de un lado a otro de la tierra, sabrán que lo que golpea a uno hiere al otro. Los hombres formaran un cuerpo único del que cada uno será una parte ínfima, y juntos construirán el corazón, y habrá una lengua que será hablada por todos y nacerá así, por fin, el gran humano.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre habrá conquistado el cielo; creara estrellas en el gran mar azul sombrío y navegará en esa nave brillante, nuevo Ulises, compañero del sol, hacia la odisea celeste. Pero también será el soberano del agua; habrá construido grandes ciudades náuticas, que se nutrirán de las cosechas del mar, vivirá así en todos los rincones del gran dominio y nada le será prohibido.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los hombres podrán penetrar en las profundidades de las aguas; su cuerpo será nuevo y ellos serán peces, y algunos volarán más alto que los pájaros como si la piedra no cayera. Se comunicarán entre ellos pues su espíritu estará tan abierto que recogerá todos los mensajes, y los sueños serán compartidos y vivirán tanto tiempo como el más viejo de los hombres, aquel del que hablan los libros sagrados.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre conocerá el espíritu de todas las cosas, la piedra o el aguaente al año , el cuerpo del animal o la mirada del otro; habrá penetrado los secretos que los dioses antiguos poseían y empujará una puerta tras otra en el laberinto de la vida nueva. Creará con la fuerza con que brota una fuente; enseñará el saber a la multitud de los hombres, y los niños conocerán la tierra y el cielo mejor que nadie antes que ellos. Y el cuerpo del hombre será más grande y más hábil. Y su espíritu habrá abarcado todas las cosas y las habrá poseído.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre ya no será el único soberano, pues la mujer empuñará el cetro; será la gran maestra de los tiempos futuros y lo que piense lo impondrá a los hombres; será la madre de ese año mil que sigue al año mil. Difundirá la dulzura tierna de la madre tras los días del diablo, será la belleza después de la fealdad de los tiempos bárbaros, el año mil que viene después del año mil cambiara en poco tiempo, se amará y se compartirá, se soñará y se dará vida a los sueños.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre conocerá un segundo nacimiento; el espíritu se apoderará de las gentes, que comulgarán en fraternidad, entonces se anunciará el fin de los tiempos bárbaros. Será el tiempo de un nuevo vigor de la fe, después de los días negros del inicio del año mil que viene después del año mil, empezarán los días felices, el hombre reconocerá el camino de los hombres y la tierra será ordenada.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los caminos irán de una punta de la tierra y del cielo a la otra; los bosques serán de nuevo frondosos y los desiertos habrán sido irrigados, las aguas habrán vuelto a ser puras. La tierra será un jardín, el hombre velará sobre todo lo que vive, purificará lo que ha contaminado, así sentirá que toda esta tierra es su hogar, y será sabio y pensará en el mañana.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, todos serán como movimientos ordenados, se sabrá todo del mundo y del propio cuerpo; se soñará con la enfermedad antes de que aparezca, todos se curarán a sí mismos y a los demás. Se habrá entendido que es necesario ayudar para mantenerse, y el hombre, después de los tiempos de cerrazón y de avaricia, abrirá su corazón y su bolsa a los más desposeídos, se sentirá caballero de la orden humana y así por fin un tiempo nuevo empezará.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre habrá aprendido a dar y compartir; los días amargos de la soledad habrán pasado, creerá de nuevo en el espíritu, y los bárbaros habrán adquirido el derecho de ciudadanía. Pero eso vendrá después de las guerras y los incendios, eso surgirá de los escombros ennegrecidos de las torres de Babel. Y habrá sido necesario el puño de hierro para que se ordene el desorden. Y para que el hombre encuentre el buen camino.
Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre sabrá que todos los seres vivos son portadores de luz y que son criaturas que deben ser respetadas; habrá construido las ciudades nuevas en el cielo, sobre la tierra y sobre el mar. Conservará en la memoria lo que fue y sabrá leer lo que será. Ya no tendrá miedo de su propia muerte, pues en su vida habrá vivido muchas vidas y sabrá que la luz nunca se apagará.

Textos sacados del blog de Lucía Montaño Ferrer. (http://yosoylucialaluzdelmundo.blogspot.com.es/2012/08/protocolo-secreto-de-las-profecias-juan.html)



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